La terapia visual es un tratamiento que enseña al paciente a usar su visión de forma precisa.
Mediante una serie de ejercicios, el paciente aprende a tener control de todas las habilidades visuales:
- Enfoque.
- Convergencia.
- Divergencia.
- Periferia.
- Localización espacial.
De esta manera podrá usar su sistema visual eficazmente en cada uno de las actividades escolares y cotidianas.
La terapia visual puede tratar:
- Ambliopía (ojo vago).
- Estrabismo.
- Diplopía (visión doble).
- Problemas binoculares.
- Problemas de enfoque.
- Problemas de coordinación entre los dos ojos.
- Problemas de percepción visual.
- Problemas visuales secundarios a un daño cerebral.
- Problemas de lectura.
- Problemas de integración visomotora.

¿CÓMO PUEDO SABER SI NECESITO TERAPIA VISUAL O MI HIJO/A?
Lo primero sería realizar un examen visual optométrico detallado. Pero hay algunos signos y síntomas que nos pueden advertir de ello, como por ejemplo:
- Dolor de cabeza frecuente, síntomas estenóticos etc.
- Guiño de un ojo ante luz intensa, giros o inclinación de cabeza.
- Taparse un ojo mientras lee ya sea con la mano, el pelo etc.
- Acercarse demasiado al libro, móvil, televisión.
- Te tropiezas frecuentemente, caídas, golpes…
- Visión borrosa en lejos/cerca o visión doble (¡cuidado los niños no saben reconocerla!)
- Problemas en los cambios de enfoque.
- Perdidas de líneas, seguir texto con el dedo, copiar mal de la pizarra, confundir letras o invertirlas etc.